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¿Pionero, Empresario, Pordiosero? por Dante De Lucia


Padre Pionero, Hijo Empresario, Nieto Pordiosero… ¿Será Verdad?

En los artículos anteriores, hemos venido analizando las diversas actividades que retan la gobernabilidad de la empresa familiar y como fortalecer la proyección de largo plazo de la organización a través de su generación de relevo.

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Ahora, vamos a tocar algo que he venido notando en cierta cantidad de familias que poseen un relevo generacional proveniente de padres y madres trabajadores, que se han sacrificado para lograr lo que tienen, y que no ven a una generación preparada para tomar las riendas de su empresa. Hablemos de la familia Vitorino (inspirado en un caso de la vida real).

Frabrizio inicia una pequeña empresa de comercialización de víveres en el Mercado Popular de su barrio en la década del 54. Los Vitorino saben que para surgir, tienen que sacrificar gustos personales y trabajar tanto o más que en los tiempos de la guerra. El préstamo de un amigo le da la inicial a Pietro para adquirir los primeros granos de arroz en una pequeña esquina del mercado y así darse cuenta que el comercio le sienta en la sangre, tanto como su familia.

Con el paso de los años, Pietro se arriesga al crecimiento de su emprendimiento y comienza a comprar espacios en el mercado público, hasta llegar a poseer dos puestos de víveres administrados por Domenico y Fabrizio, así como el local de distribución de aves más grande del luger. Este último era atendido por Pietro y su amada esposa, Julieta.

Esto le dio a la familia Vitorino una referencia respetable y digna en la comunidad gracias a su responsabilidad y esfuerzo con el que honraban sus compromisos.

Ya para el final de sus días, Pietro y Julieta contaban con 2 nueras excelentes y 7 nietos maravillosos laborando en una empresa fabricante de alimentos, sumamente rentable, desarrollada por Domenico y Fabrizio con capital semilla aportado por la venta de los puestos en el mercado popular.

Luego del fallecimiento por vejez de Pietro y Julieta, su relevo Domenico y Fabrizio continuaron honrando los valores del respeto al trabajo y al dinero bien habido, legados de sus padres. Su entrega y sacrificio dieron sus frutos ya que el patrimonio acumulado durante los años fue considerable y sus reputación se proyectó a nivel internacional como una familia empresaria prometedora y de gran trascendencia.

Así como la familia fue creciendo, también los fueron sus empresas y su patrimonio. Estos ingresos permitieron a la 3era generación (nietos/as de Pietro) concentrase enteramente en sus estudios y disfrutar a plenitud la etapa de crecimiento personal que ello conlleva.

Domenico y Fabrizio, al igual que sus cónyuges, motivaban a sus descendientes a lograr la carrera, dándoles apoyo con “todo lo que ellos necesitaban.” Esto tenía lógica para la época, ya que el sacrificio de los padres, no tenía que ser el de los hijos.

Sin embargo, algo pasó durante ese proceso de formación. Los nietos de Pietro no cumplían disciplinadamente sus responsabilidades en la empresa. Así mismo, 4 de los 7 jóvenes no se sentían motivados a culminar sus estudios ya que “tenían a la empresa de sus padres para trabajar”. De la noche a la mañana, aparecieron carros y camionetas nuevas, ropa de moda, lanchas y hasta una casa en Miami adquirida por el nieto más pequeño del clan familiar. La capacidad de gasto de la 3era generación no tenía límite, pero su nivel de cumplimiento en la empresa estaba totalmente supeditado al horario de oficina registrado ante el Ministerio del Trabajo del país.

Fabrizio y Domenico no lograban entender como, luego de una vida de ejemplo y sacrificio hacia la familia, 4 de sus 7 descendientes no eran responsables con la empresa. Adicionalmente, su conciencia de gastos superaba su propia capacidad de generar riqueza. Tanto así que los hermanos líderes decidieron realizar una reunión familiar para buscar solución a las conductas observadas y determinar cuan prudente podría ser el nombramiento de un Gerente General No Familiar interino mientras determinaban cual de sus hijos eran realmente competentes para ser el próximo.

Los resultados no se hicieron esperar. De los 7 descendientes, se diagnosticó a Sergio, de 24 años, estudiante de un MBA y 3ero en la línea de sucesión, como el más preparado personal y profesionalmente para la gerencia general de la empresa. Sin embargo, su corta edad y su falta de experiencia motivaron la contratación de un Gerente General no familiar de carácter interino que ha de preparar a Sergio en su ingreso y proyección al cargo venerado por todos los descendientes de Domenico y Fabrizio. A esto se le sumó la decisión de Domenico y Fabrizio de formalizar la Junta Directiva con profesionales no familiares a los efectos de canalizar la dinámica familiar y profesionalizar la empresa para su trascendencia exitosa en el largo plazo.

La reacción de los 4 descendientes indisciplinados de Domenico y Fabrizio no se hizo esperar. Estos no reconocieron el mérito de Sergio y expresaron su negativa al renunciar a sus cargos en la empresa. Irónicamente, los 4 regresaron alegando no tener éxito en sus emprendimientos por problemas de comprensión administrativa.

Ahora les hago a ustedes varias preguntas de reflexión:

  1. ¿Qué hubiese ocurrido con la empresa si Domenico y Fabrizio no hubieran tomado el control de la situación y evaluado objetivamente a sus descendientes para el cargo del Gerente General? ¿Cuál es la responsabilidad de los padres en este proceso de sucesión?

  2. Domenico y Fabrizio motivaban a sus hijos a cumplir con la universidad, dejando de 2ndo plano la empresa. ¿Habrá sido esto una buena idea?

  3. ¿Cuáles deberían ser las 5 actitudes responsables del relevo de un dueño de empresa para optar a ser el sucesor o la sucesora generacional?

La mejor respuesta descansa en los valores y principios familiares, adosados con mucho sentido común y conocimiento financiero. Es por ello que nos interesan sus reflexiones.

Muchas Gracias

Dante De Lucia (dante@c-legacy.com)

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